27 febrero 2014

Los Dibujos que somos (444)

Para nombrar al post de ésta semana me he basado en el artículo de Antonio Díaz –“Los libros que fuimos”, publicado en el último número de la revista Yorokobu. En él, el autor nos cuenta que hay épocas de la infancia y de la adolescencia en las que un libro puede moldearnos como si de un cincel se tratara, y que más tarde, una vez ya formados como personas, los libros afianzan y perfilan esa membrana que nos separa del mundo y que determina el cómo nos relacionamos con él. El artículo finaliza diciendo… “somos lo que leímos. Y sobre todo, cuando lo leímos”.
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Me toca. Cojo el testigo del anterior relevista y me pongo a correr. Al cabo de dos metros, paro pensativo y en medio de éste estadio olímpico que es Internet, me pregunto: ¿dibujo lo que soy?, o ¿soy lo que dibujo?. ¿Me perfila el dibujo a mí, o yo perfilo los dibujos?.
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¡Sí!, tremendo ya lo sé. Es similar a lo del huevo y/o la gallina, pero ya sabéis lo que me gustan éste tipo de preguntas. No filosofaré. Simplemente me limitaré a exponer datos. Sí, de esos que tanto gustan ahora pero que nada tienen que ver con los malditos ceros y unos. 
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Sábado 22 de febrero. No puedo ir al encuentro del MuseoDiocesano. El día anterior nos llama mi cuñado que viene a pintar a casa. En el transcurso de esa mañana, además de apoyarle en la logística, nos comemos unos huevos fritos con jamón. En el lance de las actividades me da un tirón, apareciendo de nuevo una de mis bestias negras: “El lumbago”. Todo se había complicado. Ese día tenía previsto ir al encuentro y que Clara me diera instrucciones para lo del día siguiente en la SER, en el programa de Miguel Mena. 
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Domingo 23 de febrero. Como si de un ciprés torcido por el viento se tratase, me levanto como puedo de la cama. ¡Llama a Clara y dile que no puedes ir!. Pero hombre, ya no fui ayer. ¡Cómo voy a hacer eso! –respondo-. No hago caso. A eso de las 11:10, aparece en la pantalla de mi móvil un abecedario de números –¿qué incongruencia verdad?-. Al otro lado del “aparato”: Miguel Mena.
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12:20. Tras pagar la carrera al taxista, me siento -además de torcido- un poco nervioso al ser… mi primera vez. Viene Clara, subimos, esperamos… Al cabo de un momento un vendaval viene hacia nosotros. Es Miguel, más alto de lo que le recordaba. La última y única vez que coincidí con él fue en el Pabellón de Zaragoza en la Expo 2008. A partir de ahí y durante más de una hora, escuché, hablé, dibujé, conocí, aprendía, reí y también muy importante… se me pasó el lumbago. El Quesero de Trasmoz, Los Twangs, Mikel, Eva Hinojosa, la Toponimia, nimia... quedarán atrapados para siempre en las páginas de mi cuaderno.
Yo estuve en la SER por Clara y por el Dibujo. Si no es por eso... yo no habría estado allí. Y también, si yo no hubiera estado allí, no habría podido mostraros estos dibujos. ¿Qué me decís?. ¿Soy, gracias al dibujo..... o simplemente me limito a dibujar quien soy o lo que hago?. Volviendo a releer el primer párrafo, creo que el dibujar me produce los mismos efectos que los libros a Antonio Díaz.
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Espero que la lectura de éste post no tenga el mismo efecto en vosotros que el producido a mi “marida” cuando le contaba esto mismo. Tal y como lo atestigua el siguiente "dato"...¡se quedó frita!.
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 Quien desee escuchar lo que hablamos en la radio, en el siguiente enlace a partir del minuto 36:20, lo puede escuchar: Click aquí
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Buena Cortesía

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